Cartas al Pasado

Queridos padres y abuelos:

Me dirijo a vosotros para deciros lo que ha cambiado la vida, desde que no estáis. Primero comenzaré por el campo. Cuando vosotros estabais aquí, tenía que madrugar para ir a segar y regar. Ahora hay más segadoras que es una máquina que hace todo, siega, trilla y limpia y a los sacos. Para regar hay otras cosas que las ponen de una forma y riegan toda la finca. Realmente no se explicarlo muy bien….

En la industria os diré que los cerdos ya no chillan para matarlos. Hay un aparto eléctrico, que  en el acto los “mata” y no sufren. Después los deshacen a piezas y para cada 100 cerdos, los deshacen en 3 horas, 5 hombres….Después, para preparar y hacer los chorizos hay máquinas para picar y otra para adobar que lo hacen en 1 hora, y para los chorizos hay otra que en 1 hora, hace 500 Kg.

La juventud, también ha cambiado mucho. Os contaría muchas cosas más, la vida ha dado un cambio que no se puede ni imaginar. Hay muchas cosas para contar…Ya les dejo, En la vida antes solamente comíamos patatas y garbanzos, y ahora hay para comer un montón de cosas.

Os recuerdo muchas veces

Un abrazo.

Ledrada, 3 Mayo de 2012.

Querido abuelo. Te escribo esta carta, para contarte algo de lo que ha pasado después de que tú te fuiste. Yo nací en junio del 36, ni me conociste ni te conocí. Un mes después estalló la Guerra Civil, una pena por lo que yo pude entender años después. Fue una lucha entre nosotros mismos, hasta los años 60 pasamos muchas necesidades ya que escaseaba de todo. No había de muchas cosas necesarias, como el pan, harina, azúcar, aceite, y otras hubo racionamiento para dar al pueblo lo más necesario.

Pero llegaron los años 60 y a partir de ahí las cosas cambiaron. ¡Y no sabes abuelo cómo!

Tú conociste la luz eléctrica, pues gracias a ella hoy funciona todo. Ya no tenemos que hacer lumbre por las mañanas para hacer el desayuno, basta con darle a un botón y está.

Tenemos máquinas, que nos lavan la ropa, neveras que con frío conservan los alimentos. Abuelo ya no tenemos yuntas de vacas para labrar la tierra, hay unas máquinas que se llaman tractores que en un día labran lo que una yunta tardaría un mes. Tú eras arriero, y con tus mulas tardarías 3 días en llegar a Madrid. Hoy un camión, llegará en 3 horas, y su carga sería la de 100 mulas por lo menos. El tren, en el que tú trabajaste llevando materiales para el tendido de la vía, ya no pasa por aquí, pues dice el Gobierno que no es rentable.

Podía seguir contándote tanto que llenaría folios y folios…pero lo dejo aquí para otro día será.

 

 

Querido abuelo:

Te pongo estas letras para decirte como vivimos ahora.

No es como antes, que tú tenías que ir en un caballo a Guijuelo, para traer los magros del cerdo, para hacer tus chorizos y después ir con una mula a venderlos a Madrid por todos los sitios de España, y así poder comer.

Ahora, es muy distinto, los cerdos se elaboran aquí en el pueblo y los cerdos vienen en camiones y se matan en un matadero público en piezas y después se elabora todo con máquinas eléctricas y lo llevan a vender los camiones de los fabricantes.

También tenemos muchas más comodidades en las casas, todas bien preparadas, tenemos televisión y se ve todo lo que pasa en el mundo que son muy malas, pero también muy divertidas.

Ahora la moneda no es la Peseta, sino el Euro, y la gente joven tiene más sitios donde divertirse pero con mucho peligro, hay muchos coches y muchos accidentes que da miedo,  pues las carreteras son buenas.

Bueno abuelo, un beso de tu nieta.

Colmenar de Montemayor, 23 Abril, 2012.

Querido abuelo. Voy a contarte algunas cosas de la vida que tengo ahora. Llevo un año y medio viviendo en el pueblo. Te sentirías muy orgulloso de cómo está ahora la huerta. Hemos plantado árboles frutales porque los tuyos ya no existen.

El pueblo ha crecido, hay muchas casas nuevas, pero la población es mayor y muy tranquila,  para mi demasiado.

Te echo mucho de menos, pero tú sabes que cada día me acuerdo de ti, que como yo digo “eres mi ángel de la guarda”.

Tu niña es muy cabezota pero todo corazón, y Daniel me recuerda mucho a ti es muy metódico y ordenado como tú. Juanma, se dejó la piel en la huerta, dice que quiera verla como tú la tenías. Abuelo, te quiero mucho y no te olvido.

Un abrazo.

 

 

 

Querida abuela: Esta carta te la escribo con el corazón, y sé que te llegará allá donde tú estás. Te contaré que hemos evolucionado mucho, empezando por los caminos, ahora son carreteras asfaltadas. Las casas están más preparadas para todo, ya hay baños, antes salíamos a donde podíamos, hay cocinas muy inteligentes, calefacción. Bueno, la tecnología avanza que no veas. Ya no hay 1 ó 2 burros en las cuadras, ahora hay en algunas casas hasta 3 coches. El teléfono ya lo conociste, como también la televisión, lo que hay ahora es alucinante, los ordenadores lo saben todo, le preguntas lo que quieres saber y en un momento te lo dicen. También te diré, que la economía está muy mal, pero a pesar de todo vivimos bien.

Las personas, ya no son como antes, las cuales se preservaban del que no tenía le ayudaban en lo que se podía, según las posibilidades. Ahora en cambio cada uno va a lo suyo sin pensar en los demás, aunque siempre hay excepciones, pero normalmente se dice cada uno que se arregle como pueda.

Bueno a cada uno nos toca vivir lo que hay, llevándolo lo mejor que podemos.

Besos allá donde estés, de toda la familia.

Queridos primos:

¿Cómo estáis? Espero que bien, yo  también estoy bien.

Nada más unas letras para ver como os va la vida, por esas tierras, que supongo que estaréis pasándolo mal, porque tenéis mucho trabajo, el campo es muy duro y el ganado también cuesta guardar. Todo es muy costoso y además ahí hace mucho frío. Las casas no están muy acondicionadas, no hay comodidades, ni agua, ni luz, y el calor nada más de la chimenea de leña que hay mucha en el campo pero cuesta mucho trabajarla, ir a por ella, así que todo es a base de sacrificio.

Supongo que tendréis cerdos para hacer la matanza, para comer todo el año y gallinas para tener huevos y hacer tortillas.

Pues nada más, os deseo todo lo mejor, con un abrazo muy fuerte.

 

 

 

 

 

 

A mi abuelo Higinio,

¡Querido abuelo! Si tú vivieras en estos momentos no te podrías creer todo lo que estos momentos existe. En primer lugar, hay que ver cómo te gustaba fumar…Te  escondías y abuela nos mandaba vigilarte para ver que hacías… Pues ahora el fumar está prohibido en bares y sitios públicos, ya mucha gente ni fuma porque es como si se hiciera algo malo.

En segundo lugar, ¡como han cambiado los trabajos! Tú trabajabas de sol a sol, para ganar cuatro perras, lo justo para comer. Hasta ahora todo ha cambiado mucho, se trabaja en las fábricas más que en el campo. Tu acostumbrado a ver todos los campos llenos de gente con sus cantos. Ahora apenas se ve gente en los campos.

Las mujeres hemos cambiado nuestra vida. Tenemos muchas comodidades en nuestras casas: lavadoras, frigoríficos, ¡hasta lavavajillas! No podrías creer que los platos se metieran en una máquina y salieran fregados.

Las mujeres ya no pasan tantas horas en sus casas. ¿Sabes? Hay muchas que trabajan fuera. Los coches, las casas,…todo cuesta mucho y las mujeres se han incorporado a la vida laboral. En casa los trabajos los hacen los hombres y las mujeres ¡cuánto ha cambiado todo! Tú no te verías fregando o limpiando. Aquello era cosa de mujeres.

Los niños ya se preocupan menos por ir a ver los nidos o andar correteando por un lado y otro. Ahora pasan horas y horas delante de un ordenador o de unas maquinitas que llaman Play Station. Ya no tienen la misma consideración a los mayores. Ya no les hablan con el mismo respeto. Como ves todo ha cambiado mucho, vivimos como señoritos.

Querida bisabuela, Ángela:

Me acuerdo mucho de ti, de los recuerdos de mi niñez contigo. Como por ejemplo, un día que me dijiste, “vente hija que vamos a llevar a Tío Pilatos unas sopas de ajo que le he hecho, que el pobre hombre no tiene que llevarse a la boca”. Fui contigo, a aquella casa tan vieja, que no tenía luz y ¡aquella cocina! El hombre estaba echado en el suelo en una saca de paja. Tenía la lumbre con paja de algarrobas, y a mí me daba miedo entrar allí. Me agarraba de tus manteos y no me quería soltar.

También otro día, me acuerdo que estaba usted donde mi abuela María, y llegué yo de la escuela ya se ponía el sol, y me dijo mi abuela “anda hija trae una carrasca para la lumbre, que metamos a la abuela para dentro que ya hace frío aquí”. Yo cogí una carrasca cualquiera, y usted me dijo “pero hija, ¡dónde vas con esa carrasca tan grande, que la leña no se cría todos los días!, que va a ser de vosotros cuando seáis grandes, no vais a tener leña”.

También decías a los perros “titi”, que no entren en casa, y nosotros decíamos perro y me hacía mucha gracia.

Si tu pudieras venir, y ver las encinas que yo tengo y muchos de tus bisnietos ¡te caerías de espanto”!. Por entonces yo tendría de 6 a 7 años, y la vida ha cambiado mucho.

Yo me quedé en el pueblo, que los que se fueron a la capital, no te digo nada.

Te mando un beso muy fuerte, y te tengo en mis oraciones.

Tu bisnieta

Abuela Marcelina:

Después de saludarla, quiero comunicarla el avance de la vida, de todas nuestras comodidades.

Como la lavadora, la máquina que nos lava la ropa para no tener que hacerlo nosotros. Tanto trabajo como se hacía y el frío que se pasaba en el arroyo.

La televisión para distraernos y pasar el rato entretenidos y viendo lo que pasa por Madrid, Barcelona y tantas otras capitales.

El lavavajillas, para no tener que fregar y poder hace la sobremesa. El microondas para más facilidades en nuestras comidas. El teléfono para no tener que molestarnos en escribir una carta que era un poco pesado y las veces se olvidaban las familias. El ordenador que te dice todo lo que quieres saber.

Como puedes ver te cuento varias cosas, teniendo muchas más.

En la comida que no se come dos días lo mismo como antes que no teníamos, y preguntas hoy ¿que hay para comer?, porque todos los días era lo mismo.

En el vestir y el calzar hay para el invierno y el verano, primavera y otoño, no como antes que con un traje servía para todo.

Viendo todo esto te acordarás de todas las miserias que había antes sin ropa y sin comida y sin lumbres. El frío del arroyo cuando se iba a lavar y el agua estaba congelado. Para ir a visitar la familia de los pueblos cercanos íbamos andando o en burro. ¡Toda una vida de sacrificios!

Cuando se recogía la bellota con agua y con frío. La cava de los garbanzos, la recolección del verano y otros trabajos tan duros como se pasaban.

Abuelos y padres de mi madre, que habéis sufrido tanto, pero fuisteis dichosos porque hijos y nietos supieron atenderos. Era la vida muy distinta a esta que tenemos ahora. Yo tenía una abuela que la sacó un ojo un buey y de los dolores que pasó, se le pasó al otro ojo y se quedó finalmente ciega del todo. Era una abuela maravillosa, porque tenía 33 nietos y todos nos poníamos de rodillas para que nos enseñara a rezar y contar cuentos. Eso nos apasionaba, y a pesar de que estaba ciega  se pasaba el día tejiendo chapines, que era como se llamaban ahora los calcetines, que se hacían con cuatro agujas pequeñas, y así era feliz.

Y el abuelo, estaba sirviendo en Anguas y nos decía que llevaba el carro lleno de paja y pasaron por el río y el carámbano que había no se cachaba. ¡Cuánto trabajaría y cuántas veces nos dijo “que será de estos nietos cuando sean mayores”! Esto era para que nos diéramos cuenta de lo que era la vida.

A los padres de mi padre.

Tenían posada y venían los macoteranos arreando vacas desde Guijuelo a Peñaranda y tenía que hacerlos cena y la decían “nos ponga la cena del “Empedrao de Tío Juan”, que eran patatas con bacalao y un poquito de arroz.

Trabajar y vivir de esa manera, era maravilloso y feliz.

La Tala, 8 de Abril 2011

Querida Abuela: Aunque hace muchos años que te fuiste, aún me acuerdo de ti mucho después de hace 46 años. Te recuerdo vestida de negro, menudita y callada, que muchas veces no hablabas por no molestar. Siempre humilde y buena gente. Te recuerdo con tu saya larga y pañuelo a la cabeza, sin olvidar el mandil, hasta los días de la fiesta. ¡Era la moda, a que sí!

Ahora la vida ha cambiado, cada cual se viste como quiere, con pantalón, con saya, con minifalda, con blusa blanca, negra o floreada. Cada cual a su gusto, y las mujeres ya no llevan moño, como llevabais antes, todas las señoras casadas con moño. ¡Qué cosas, a que sí! Costumbres. Ahora lo llevamos unas largo, otras corto, otras con moño o con melena, ¡cuánta variedad verdad!

Todavía hay naciones que van con faldas largar y pañuelos a la cabeza. Y es más que llevan un vestido que le llaman burka. En esos países, siguen las mujeres sin tener libertad. Están marginadas, no tienen ni voz ni voto. Los hombres son quienes mandan y disponen, haber si un día cambia y hay más igualdad que todos somos humanos.

Vuelvo al mandil, como me acuerdo, cuando veníamos de lavarnos y envolvías las manos, para que entraran en calor, cuando hacía tanto frío y lavábamos en el regato. ¿No sabes que ya no tenemos que ir al regato a lavar? Tenemos lavadora, enchufada a la luz, metemos la ropa y sola lo lava y ¡ a tender la ropa! También trabajamos, no te creas, porque mira ahora nos cambiamos de ropa todos los días, como antes en tu época que os pasabais la semana sin cambiaros, y es que da menos pereza porque tenemos agua corriente con ducha y calentita.

Para cocinar, ya no hay que salir al corral a buscar leña para hacer la comida. Ahora solo es dar a un botón y puedes guisar lo que quieras para hacer el cocido lo metemos en una olla llamada exprés y en media hora ya está listo para comer, y así todo.

Otra que te voy a contar es que ya no pagamos las compras en pesetas, las pagamos en una moneda llamada €uro. Así lo acordaron en la Unión Europea y desaparecieron las pesetas. De la Unión Europea no te lo voy a contar porque no lo vas a entender, igual que te costará entender que tenemos un aparato llamado teléfono, para comunicarnos con las personas desde cualquier parte que nos encontremos, aprietas unos botones y ya estás hablando desde cualquier parte de España y el extranjero.

Se ha evolucionado mucho desde que te fuiste, porque si te contaras de las nuevas tecnologías no sabía ni qué contarte porque a mí me queda mucho por aprender. Ahora estoy aprendiendo a manejar un poquito el ordenador, a encenderlo y apagarlo y a manejarlo me queda mucho por aprender de esto y de otras muchas cosas de las nuevas tecnologías.

Paso a contarte lo que ha cambiado la vida de las mujeres que vivíais solamente para la casa, el marido y los hijos. Ahora las mujeres tienen libertad para hacer lo que quieran poco a poco se están poniendo a la altura de los hombres, no te lo vas a creer, pero hay ministras, juezas, secretarias, alcaldesas. Estas están todas a la altura de los hombres, para cualquier trabajo que desempeñen, porque también hay policías, guardias civiles, militares y cualquier otro trabajo. Aún quedan cosas por hacer porque los hombres no todos, pero bastantes, siguen siendo machistas y creen que sus mujeres son propiedad de ellos y hay algunos que las maltratan y asesinan. ¡Qué fuerte, verdad! Esperemos que esto acabe cuanto antes y a las mujeres todo el mundo las valore y respete y tengan libertad para hacer lo que les guste y apetezca.

No sé que me queda por contarte, seguro que muchas cosas. Para otra carta que te escriba me extenderé un poquito más, y te diré como voy con el ordenador, seguro que abre aprendido cosas nuevas porque interés no me falta y ganadas de aprender.

El pueblo ha evolucionado, hay personas interesadas en que los pueblos se pongan a la altura de las ciudades y estamos muy agradecidos de las personas que vienen y ponen tanto interés en que nos sintamos más jóvenes haciendo cosas que nunca habíamos hecho. La gimnasia, que nos viene muy bien, y cursos para aprender a ser mayores y sentirnos más jóvenes aunque no o seamos. Aprender a manejar el ordenador, que esto está muy bien.

Esperemos que no se olviden de los pueblos pequeños y de un poquito de vidilla.

¡Qué se vive muy a gusto en el pueblo y muy tranquilos! Un beso muy fuerte

Carta a mi abuelo

Querido abuelo, hace 50 años que nos dejaste pero todavía te recuerdo con tus pantalones de pana y tu sombrero de ala ancha, como también recuerdo tus preocupaciones hacia nosotros, ya que tuviste que hacer de padre por quedarnos huérfanos del nuestro.

Recuerdo la preocupación que tenías porque decías que se iban a terminar las encinas y no tendríamos con que hacer lumbre. No sabes abuelo, lo que ha cambiado la vida, pues ya no hace falta poner lumbre para guisar y calentarnos. Ya todo es automático, con dar a un botón basta para guisar, lavar la ropa y fregar los platos.

También el campo, ha cambiado mucho. Ya no se hará con bueyes, ni caballos, ni se utilizan los carros para transportar la cosecha. Ya todo es con maquinaria, desde las tierras se trae ya el grano limpio.

Tampoco se utilizan los burros y caballos para ir de un pueblo a otro pues ya cada uno tiene su coche. Tampoco existen ya aquellos trenes lentos en los que usted tantos años viajó hacia de Extremadura a Castilla.

Ya tampoco se escriben cartas porque desde casa se puede hablar a donde quieras y con quien quieras. Ya no se hacen barros en las calles porque todas están de cemento, ni da miedo salir de noche porque está muy alumbrado.

Muchos marcharon a las ciudades para trabajar en fábricas, pero en el verano les gusta venir al pueblo, porque ya tenemos en el pueblo las mismas comodidades que en las ciudades.

Tampoco tenemos que salir a buscar agua, ni a lavar en los pozos, ni regatos, porque ya tenemos en casa. Usted que tanto estuvo por Extremadura, ya no la reconocería, ya no siembran aquellas vegas tan inmensas de tabaco y algodón, que sembraban. En fin todo ha cambiado para mejor, aunque también hay algo negativo.

Añoro cuando nos justábamos en los veranos todos los tíos y primos ¡Qué bonito era! Ahora ya no nos juntamos tanto las familias, porque estamos muy repartidas.

Los jóvenes hoy día tienen muchas posibilidades para aprender pero también hay vicios que destruyen.

A los mayores cuando no se pueden valer por sí mismos, les llevan a una residencia para que los cuiden.

Porque como ahora trabaja la mujer fuera de casa, igual que el hombre no les pueden cuidar ¡Qué pena!

Bueno abuelo, ya te he contado más o menos por encima lo que ha evolucionado la vida. Con cariño tu nieta.

Queridos bisabuelos:

Os escribo estas líneas, para contaros lo mucho que ha cambiado el mundo desde que os fuisteis.

Los avances e inventos son increíbles. Hay máquinas para todo, lavadoras, friegaplatos, aspiradoras para la limpieza, máquinas para las labores del campo y sin salir de casa a través de una pantalla que se llama televisión vemos lo que acontece en cualquier parte del mundo, conocer sus gentes sus ciudades y pueblos.

También hoy en día se viaja mucho, pues hay medios de transporte, como trenes, coches y demás que en pocas horas se recorren grandes distancias.

En las casas, hay agua corriente y si antes se tenía un burro o un caballo, hoy se tienen coches.

En fin, que todo esto y mucho más, es progreso y bienestar.

Lo triste de esta historia, es que no todo el mundo lo puede disfrutar. Pues a más progreso más miseria, pues el rico es más rico, y el pobre más pobre.

Por eso desde estas líneas, le digo a nuestros descendientes del futuro, que si nosotros no sabemos hacer las cosas mejor, que ellos intenten hacer un mundo más justo, más humano,  un mundo que por encima de todo, reine la paz y el amor.

Desde el Presente, un abrazo al Pasado y al Futuro.

Guijo de Ávila, 12 Mayo 2011.

 

 

 

 

 

Cómo vivieron mis abuelos

Pues yo me acuerdo que uno de mis abuelos fue arriero y se iba muchas veces con los caballos cargados de trigo a Barco de Ávila, y allí cambiaba el trigo por peras. Luego una tía y una hermana salían por el pueblo a venderlas y así ganaban para comer.

Era una vida muy esclava, porque hacían noche en Barco y pasaban noches muy duras. Mi abuela, yo recuerdo que cuando nosotras íbamos al regato a lavar, como el agua estaba con carámbano, nos calentaba una lata de agua caliente para meter la mano en el agua y no pasáramos tanto frío.

Cuando mis abuelos hacían matanza, nos juntábamos toda la familia, hacían cena y luego baile. Nos lo pasábamos muy bien, aun recuerdo de mi abuela lo que bien que bailaba la jota, entonces había más unión en la familia que ahora.

Antiguamente había muchos que no aprendieron ni a leer ni escribir, porque tenían que acudir a sus trabajos. Cuando nosotras nos criamos también hemos trabajado mucho en el campo. Segábamos, cogíamos algarrobas, íbamos con nuestros padres a acarrear el grano para llevarlo a la era en donde lo trillamos para sacar el grano.

También cuando íbamos a la escuela, llevábamos una estufa muy pequeñita para calentarnos porque entonces no había calefacción.

Abril 2011.

Querido abuelo “Colorao”:

Soy tu nieta Mili, a la cual no llegaste a conocer porque marchaste demasiado joven. Siempre he sentido la curiosidad de saber de ti, quizás porque a los demás abuelos tuve la oportunidad de disfrutar de ellos. Me han contado que eras un hombre inteligente y el futuro te preocupaba porque decías que con la tierra que tenían era imposible que tus hijos fueran a poder vivir de ella. Estabas en lo cierto, tuvieron que salir del pueblo y buscarse la vida, una vida muy diferente.

No tienes ni idea de la evolución que ha sufrido la sociedad. Quizás te parezca extraño, pero el campo ya no se labra con ganado. Ahora con maquinaria y con pocas personas hacen todo el término. Tampoco se hace matanza en casa, una fiesta familiar en la que todos disfrutábamos.

Ahora hay grandes fábricas en las que hay obreros trabajando y podemos comprar chorizos y jamones. Para comunicarnos ya no escribimos cartas como cuando estabas en Tetuán. Tenemos teléfono y el ordenador, unos aparatos en los cuales, puedes hablar desde la otra parte del mundo y a la vez ver a la persona.

Los medios de transporte son muy diferentes. Hoy todos gozamos de un coche para desplazarnos, los aviones, trenes se han modernizado mucho y aparte de utilizarlos para el transporte, también se usan para viajar y disfrutar de unas vacaciones. Y dirás, ¿qué es eso de las vacaciones? Pues es un período de tiempo que por trabajar por cuenta ajena tienes derecho a descansar unos días.

La vida familiar también ha sufrido un cambio. Las familias no son tan numerosas y vivimos todos un poco más distanciados, ya no son tan frecuentes las reuniones alrededor el hogar y hemos introducido en nuestros hogares la radio y la televisión, que nos tienen informados de todas las noticias nacionales e internacionales, programas de entretenimiento y películas.

Como no podía ser de otra forma, en casa también llegó el progreso. Ya no se lava a mano ni se friega, para ello tenemos unas máquinas que nos facilitan el trabajo.

Todo esto está muy bien, pero en el fondo, en algún momento añoramos la vida tan familiar que teníamos antes.

Bueno abuelo, no quiero cansarte más, desde este mundo totalmente desconocido, para ti.

Querido padre:

Es mi primera carta que t escribo para contarte todas las cosas que te perdiste de ver al cabo de casi 65 años. Cuando te fuiste, hacía poco que había llegado la luz eléctrica. De ahí han dependido tantas cosas….radio, televisión, frigoríficos, lavadoras…que nada de eso teníamos en casa. Luego vino el teléfono fijo y el móvil, los ordenadores y hasta yo, que ya soy un poco mayor estoy intentando aprender algo.

¡Y no digamos de coches, trenes y aviones, carreteras y pantanos!. Todo en beneficio de la comunidad.

El pueblo ha cambiado bastante, entonces había cerca de 100 niños en la escuela, y ahora hace 30 años que no hay ninguno. Hay muchas cosas nuevas, pero pocos habitantes en el invierno, y en verano cambia muchísimo.

Un beso.

 

 

 

Querido abuelo:

En esta noche de nostalgia, ¡si por un rato pudiera estar contigo y decirte los cambios que tenemos en nuestras vidas!

Nos solías decir “que será de vosotros”, yo comprendía que eso era una preocupación que vosotros teníais por nosotras pequeñas y mayores, pero ¡cuánto daría porque nos vierais por un rato y vieras los cambios!

Ya no tenemos ganado, ya no se trabaja de la misma forma que entonces. No se trilla, no se siega. Ya los labradores y ganaderos trabajan con todo mecanizado, y todo es diferente.

Los canchos donde sacabais las piedras para hacer pared, ahora tenemos varias canteras para sacar piedras de muchas maneras. Está bien porque trabajan bastantes personas del pueblo, y dan empleo.

¡Sabes! Tenemos tele, lavadora, cocina de gas, calefacción. Ya no tenemos que ir a por leña, ni a lavar, no nosotros, sino en general todo el mundo.

¡Cuánto daríamos porque pudieras vernos y estar un poco con nosotros, cuánto tenemos para contarnos y desearíamos que aunque sólo fuera por un tiempo lo pudierais disfrutar!, como no es posible nos conformaremos con esto. Con contártelo.

Abuelo hasta siempre, te quiero

Fuentes de Béjar, 5 de Mayo 2010.

A mi abuelo Eugenio.

Querido abuelo:

Ya hace un montón de años que nos dejaste y desde la lejanía de este tiempo, te recuerdo mucho, sobre todo viendo los avances que se han ido sucediendo. Recuerdo cuando nos decías que llegaría el día en que nos comunicaríamos por teléfono sin hilos ni cables. Pues ese día ¡ ha llegado!. Ahora tenemos los móviles ¡ eras un adelantado para tu tiempo!.

Te voy a contar un montón de cosas que tú no conociste. Ahora tenemos en las casas toda clases de comodidades, lavadora para lavar la ropa; lavavajillas para fregar los platos; las cocinas ya no son como antes, ahora van con luz y se llaman vitroceramicas. No recuerdo si llegaste a conocer la televisión, seguro que si la conociste eran en blanco y negro pero ahora la vemos en color y a través del TDT. Otro de los adelantos que hay es el ordenador, tú dirás ¡ qué es eso!. Pues es un aparato que a través de una cosa que se llama internet puedes conocer todo lo que pasa en el mundo y comunicarte con quien quieras. Abuelo no quiero cansarte, hay muchas más cosas que nos ayudan a hacernos más fáciles la vida. Me hubiera gustado que tú las hubieras conocido, y seguro, que las habrías disfrutado pues tú en aquellos años tenías una visión de futuro…

Desde el cariño y el recuerdo, te mando un montón de besos, tu nieta.

Mi querida madre,

¡Cuánto la echo de menos! Cada día me acuerdo más de sus consejos, que a pesar de ser analfabeta ¡Cuánto sabía! Qué bonito es la experiencia. Usted, gracias a Dios, vivió un poco para ver el cambio que ha dado la vida como usted decía.

Pues la diré, que el mundo sigue evolucionando unas cosas para bien, y otras para mal. Hemos evolucionado más pues tenemos ordenadores, teléfonos, móviles, medicinas más estudiadas, pero seguro que a usted no la hubiese gustado vivir ahora,  pues el respecto se ha perdido mucho. La transigencias, el ayudar los unos a los otros, el amor que nos inculcaros, se va disipando, no sé cómo. Hoy tenemos casi todos lo más básico, pero se ha perdido muchos valores, respecto a la forma de pensar.

Madre, me acuerdo de cuando vino la moda del pelo largo en los hombres, y usted, decía ¡algún día les vemos con pendientes! Pues ya hace años que los llevan, pero eso no es todo, lo malo es que cada cual con su cuerpo que haga lo que quiera, lo peor que pasa ahora que no respetan la vida. Matan por dinero, roban a diestro y siniestro personas que deberían dar ejemplo, son los primeros.

No hay consideración con las personas mayores, en pocas palabras, evolucionamos en comodidad, pero retrasamos en valores, que nos inculcaron ustedes. Nos  decía madre, “¡vais a llorar mucho y no con mis ojos”! A veces, nos hacemos duros pero si nos paramos a pensar como está el mundo, razón tenemos para llorar. Todos los días, me acuerdo de usted.

Donde quiera que esté, reciba todo el amor del mundo de su hija

Querida abuela.

Te escribo unas letras para que sepas de mí. ¿Qué tal estás abuela? Yo estoy bien, desde que te fuiste tenemos agua corriente en casa, un cuarto de aseo, lavadora, cocina de gas, nevera. Abuela, ¡cómo ha cambiado la vida desde cuando yo me crié abuela! Sabrás que tienes 4 bisnietos, ellos ya se han criado de otra manera no como yo.

Me dabas nabos para comer, y el vestido que tenía estaba lleno de remiendos, pero ha cambiado todo para bien. La casa donde vivió le tocó a mi madre, y después a mí. Ahora la tengo un  poco arreglada con agua corriente, un cuartito de aseo.

El otro día, fui de paseo y me acerqué al huerto donde sembraba las cosas de comer y medió pena porque está lleno de zarzas y de mierda.

Abuela, abuelo, se despide vuestra nieta, con un beso y un abrazo, que os quiere mucho y no se olvida de vosotros.

 

 

Esto que voy a escribir, se refiere a dar una opinión sugerir algo que a mí me paree, refiriéndome un poco al pasado, el presente y futuro. El pasado era demasiado pobre, el presente que estamos viviendo está tan enmascarado que nos deja ver la realidad de las formas que estamos viviendo. Para mí mucho son apariencias. Todo esto lo disimulamos y nos encaminamos a aquello que se decía antes. El mal rato para el postre.

A mí personalmente, me preocupa muchísimo, el futuro de nuestros hijos y nietos, es muy incierto. Quisiera vivir siempre, para darles mi ayuda si les sirviera de algo.

Perdonen, que Dios nos ayude. Muchas gracias.

Carta a mi abuelo Juan:

Usted decía que sus nietos se iban a morir de hambre, que qué sería de ellos.

Pues le diré, que esto ha cambiado mucho. Se vive muy bien, ya no vamos a trillar ni a Soto, ni los horcajos, a regar ni a segar, ni hay que mirarle las herraduras al burro, porque toda la gente va en coche, y ya no hay burros.

Cada uno trabaja en lo que puede, yo en mi casa trabajan todos en la piedra y de eso vivimos.

También le diré, que nos hicieron la concentración parcelaria, o sea que nos juntaron los “cachos” que nos dejaron y a mí me la dieron en la ruta, justo en el alto bajando a la hormiguera. Desde allí vemos la Peña de Francia, la Sierra de Béjar, un cachito de la Sierra de Gredos y la Calamorra.

Tenemos gallina, cerdos y aparte una cocina con chimenea, y allí tenemos las placas solares para tener luz. Sacamos agua de un pozo para regar pues tenemos huerto y sembramos de todo, y cuando vamos a regar los sábados, unos días comemos y cenamos en una mesa de piedra de 3 metros de largo y 1,50 de ancho con un emparrado para hacer sombra y barbacoa.

Le seguiría contando muchas cosas más, … bueno le diré que en vez de quedarnos en el Soto, en el verano a dormir pues la gente va a las terrazas de los bares a tomarse un café o comerse un helado.

Fuentes de Béjar, 13 de Mayo de 2010.

Queridos abuelos:

Os voy a contar la vida que hemos llevado.

Mi madre llevó una vida muy triste, después de pasar las calamidades que pasó con la abuela,   (pues no teníamos ni para las cosas más básicas y necesarias). Os diré que yo ahora no me quejo de nada, pues tengo de todo, lavadora, televisión, y no carezco de nada prescindible. Así os cuento que ahora tenemos medicinas gratis, sanatorios, operaciones, y te digo “nací desnuda y estoy vestida, a Dios gracias”.

Mis queridos antepasados: Me gustaría teneros entre mis hijos ¡cuánto me ayudaríais en mis tareas! Porque en este tiempo qué vivimos no podéis daros una idea que agobio tenemos con nuestros trabajos, las mujeres salimos a trabajar fuera de casa, tenemos que dejar los niños en las guarderías para que nos los cuiden. El mundo ha cambiado mucho. Tenemos aviones, trenes, coches, que sustituyen a los carros y caballería y van mucho más deprisa. Tenemos también neveras que son unos aparatos que dan mucho frío y se conserva muy bien las comidas.

Ahora no se comen todos los días cocido ni patatas para cenar, ni sopa de pan para almorzar, se comen las cosas muy cambiadas mucho filete, pesca, mucha fruta y como no se cavan las viñas tenemos que hacer gimnasia para no tener colesterol, porque la gente con tanto comer estamos un poquito rellenitos.

Bueno no quiero cansaros más y no os invito a venir porque de susto os volvíais a morir de ver los adelantos que tenemos. Seguir hay quietitos, que estáis muy tranquilos.

Querido abuelo:

Como me gustaría que estuvieras 37 años después. Parece que estoy hablando de un plazo corto de tiempo, cuando íbamos con las azadas y el trillo, las casas sin agua ni luz.

Hoy las casas se han rehabilitado, tenemos calefacción de gasoil. Hay máquinas para el campo, arar, trillar, segar, etc.

Me acuerdo cuando te llamábamos a casa de Elena que tenía el teléfono público uno para dos pueblos y tú me decías ¡pero dime por donde te oigo!

Ahora ha avanzado tanto la tecnología que todos tenemos móviles, muchos cumplen unas funciones estupendas como mandar fotos, mensajes, entrar en bolsa, etc.

Cuando nos dejaste los televisores eran en blanco y negro y dos cadenas. Ahora todas son en color y más de 25 cadenas. Se ha dado un salto tan gigante que por ordenador se comunica por todo el mundo. Si esto sigue así me gustaría saber que pasará dentro de otros 37 años.

Han subido a la luna para investigar, pero hay cosas que no me gustan, abuelo. La juventud se destroza con el botellón, las drogas y que lleven a los mayores a las residencias. Éramos mi madre y yo quienes cuidábamos de ti, ahora la mujer se ha incorporado al mundo laboral y los hombres parece que con el trabajo qué  tienen tampoco pueden cuidar de ellos. Qué suerte que tuvisteis estar con el cariño de todos hasta el último día.

Un beso donde estés.

Informando a mis progenitores:

Que con tanto amor y sacrificio sacaron adelante sus vidas y la de los suyos 8 en su caso ocho hermanos), en un mundo pasado muy difícil en todos los sentidos de la vida, tanto a nivel familiar y social, laboral, pues se trabajaba mucho y los beneficios eran muy escasos.

Pero de aquel sacrificio afán de superarse, su pusieron las bases para que sus descendientes pudieran disfrutar de un mundo mejor, como el que vivimos actualmente.

Si ellos allá donde estén pudieran ver cómo vivimos hoy en este mundo de la radio digital, TV, prensa, informática e internet, pienso que digerir el cambio les sería muy difícil.

Es por eso que les dedico esta pequeña carta para cuanto hicieran en la dura vida que les tocó vivir.

Un fuerte abrazo.

Aldeacipreste, 2 de abril de 2012

Esta carta va dirigida a mis queridos antepasados que no conocí. A mí que si me hubiera gustado conocerlos. Existe un dicho o refrán que dice, “que el que no conoce abuela, no conoce cosa buena” y eso me pasó a mí.

Pienso cuantas fatigas y estrecheces pasarían para hacer los trabajos tan duros e importantes como por ejemplo sembrar el lino, trabajarlo hasta tejerlo, para darle infinidad de aplicaciones como ropa interior, del hogar incluidas sábanas, costales, y para recoger el grano, etc. Esta tela o género se la daba el nombre de “Lienzo casero”, todo esto lo hacían con su inteligencia y habilidad.

Las mujeres también eran muy laboriosas, se hacían sus prendas de vestir llamados manteos o sayas, mantones, bordados, juzgones, mandiles, mantillas, con sus respectivos adornos de canutillos, lentejuelas y muchas variedades según lo permitía el género, todo digno de admiración y además cuidaban de su familia.

A mí me hubiera gustado aprender todas estas cosas pero como esos “imposibles no existen…”

Les cuento el cambio que ha tenido la vida y las comodidades que existen ahora, tenemos luz eléctrica, agua corriente para todo lo necesario, varios electrodomésticos, gas y muchas cosas.

Pero siempre se echan de menos otras cosas, hoy la gente demuestra menos alegría, hay menos comunicación unos con otros, cosa que antes no era así. Siempre dispuesta para divertirse con alegría y sanamente.

Sin más por hoy…

Mi querida abuela Santa

Te perdí cuando yo era pequeña. Recuerdo que eras muy buena y nos querías mucho. Yo también te quería, lo sentí mucho cuando te fuiste. La vida cambió mucho, si vivieras ya no tendrías que ir a por agua a los caños, porque la tenemos en casa, ni lavar en el arroyo, porque tenemos lavadora, ni ir andando a Béjar, pues tenemos coche, lo que antes no teníais,

Recuerdo que vestías de negro y pañuelo, tenías poca ropa para cambiarte y ahora nos cambiamos más a menudo. ¡Cómo ha cambiado la vida! Te quiero abuela

Queridas abuela Ana y Santa.

Después de muchos años, vuelvo a recordar cosas que vosotras me contabais. La mayoría de las veces pensaba que eran historias que os inventabais para hacernos pasar el rato sentados a la lumbre en aquellos tajos de madera tan duros como una piedra.

Es ahora cuando veo que era todo realidad, me gustaría que hubieras visto el cambio de ahora. Me hubiera gustado veros sentada en el sofá viendo la televisión y también como lavan las lavadoras sin tener que pasar frío como cuando íbamos a las pozas y romper el carámbano.

Ya no vamos a escardar ni tampoco a por heno. También os gustaba ir a Béjar a vender los pollos en el burro ahora se puede ir en coche.

También os digo que ya no hay cantareras para los cantaros, pues tenemos el agua en la cocina. Ya no se pasa tanto frío como pasasteis vosotras y también se come mejor.

Cuánto cambio, pero tiene que cambiar más para las mujeres. Abuelas  os recuerdo con cariño y también como disfrutabais con vuestros nietos que éramos bastantes, y para que nuestros padres se fueran al campo a trabajar que todo era poco parar ganar el pan para las dos.

Un beso con cariño.

Aldeacipreste, 1 de Abril de 2012.

Querida abuela. Espero que al recibir esta  te encuentres bien, pues nosotros estamos bien, gracias a Dios.

Te escribo unas letras para contarte algunas cosas porque si tú las pudieras ver no te las ibas a creer. Como ha cambiado la vida, no sé cómo empezar. ¡Te acuerdas que tú no sabías ni leer ni escribir, y cuando recibías alguna carta tenías que esperar a que yo viniera de la escuela para que te la leyera, y siempre decías que era lo más triste, que todo el mundo tenía que saber lo que te decían! Pues fíjate que ahora ya no escribimos cartas, ahora te digo que hay unos aparatitos que se llaman teléfonos que no necesitan ni enchufarlos a la luz, solamente aprietas unos botones con unos números y ya escuchas a la otra persona, su voz y puedes hablar con ella, aunque estén en California, donde estaba tu hermano Rafael, que tantas cartas te leí de él. ¡Como me gustaría que hubieses podido ver algo de tantas cosas que te parecerían imposibles! , bueno no se si se me entenderá bien lo que he querido explicar, porque es tan difícil que a lo mejor no lo entenderías bien.

Bueno me despido de ti, esperando que me hayas comprendido. Un beso de tu nieta que ahora tiene 65 años.

Aldeacipreste, 2 abril 2012.

Querido abuelo: ¿Qué tal estás? Nosotros todos bien, gracias a Dios.

Sólo cuatro líneas para contarte algunos cambios que ha dado la vida a lo largo de todo este tiempo.

¡Te acuerdas aquella lumbre que siempre estaba ardiendo con el puchero de barro, con esa comida tan rica y tantas horas ahí cociendo!. Ahora se utiliza una cocina de gas, que son unos aparatos como una caja grande con fuegos que dan gas combustible que hay en el mercado que si les das con una cerilla arde y calienta los pucheros. Los hemos cambiado por cacerolas rápidas que en media hora tenemos la comida, lo mismo pasa con la ropa de lavar. La ponemos en la lavadora, otro aparato que con agua  y jabón, dando vueltas al cabo de una hora la ropa sale limpia a base de dar vueltas.

¡Esa navaja que utilizaba para afeitarse y que tanto miedo me daba al pensar que se podía cortas esas arrugas de su cara tan frescas a sus años! Esas han pasado a ser máquinas eléctricas que las enchufas a la luz y a base de unos rodillo dando vueltas van cortando la barba. Las casas se calientas con calefacción o con aparatos eléctricos.

Los viajes a Béjar se hacen en coche no como antes que siempre era andando o en caballo. Han desaparecido los crucifijos que siempre estaban presentes en los colegios, ya no se reza al llegar a  las clases y menos en casa como siempre hacíamos usted y yo al irnos a dormir. Siempre me decía “hija vamos a rezar un padre nuestro antes de dormir para que si hemos hecho algo malo Dios nos perdone”.

Las cartas como estas se han convertido en conversaciones telefónicas o informáticas. Te explico un poco lo que es haber si me entiendes. El teléfono es un aparato rectangular que a través de un cable llega la información de unos lugares a otros (escuchar hablar a la otra persona desde el sitio que esté) y la informática es muy parecido a través de otra caja, está más grande y con pantalla podemos llegar a otros países escribiendo en vez de bolígrafo o lápiz, con un teclado que es un tablero con las letras del abecedario y con simplemente apretar con el dedo aparece escrito en esa pantalla y puedes mandarlo a cualquier parte del mundo o del país.

¡Vaya cambios que hemos tenido, yo creo que para mejor!, pero a todo esto hay que añadir todo un gasto en facturas y todos los meses un dinero que gastar, cosa que antes no pasaba.

Los niños no saben con qué jugar por que todo se compone de máquinas y juegos no como antes que los niños tenían más tareas en casa y campo, ayudando a los padres y jugábamos con más cajas vacías o con una muñeca de trapo.

Bueno abuelo, ya me despido porque ¡tendría tantas cosas que contarte que estaría todo un día contando los cambios que hemos tenido y como está el país1.

Un cordial saludo de tu nieta.

Colmenar de Montemayor, 21 Abril 2012.

Queridos hijos:

Hoy me levanté un poco nostálgica y empecé a recordar cómo fue mi vida hasta ahora.

Nací un día 7 de diciembre del 1948 en Barcelona. Viví allí hasta los 3 añitos pues nació después de morir mi padre, asique no llegue a conocerlo ni él a mí. Era una buena persona según mi madre y toda la familia estaba esperando con mucha ilusión a que yo naciera pero no puedo por su muerte repentina a los 30 años, en un mes de Noviembre.

Después mi madre a los 3 años de nacer yo, volvió a su pueblo, Colmenar de Montemayor, que ahora es el mío y conoció al que después sería mi padre y se casaron. Para mí siempre fue mi padre, el mejor.

Tuve cuatro hermanos más, de los cuáles ya no están 2. La niña no la llegué a conocer pues estaba yo ya trabajando en Lloret de mar, tenía 17 meses cuando la neumonía se la llevó.

Mi hermano Toñi, un hermano excepcional, fue muy doloroso, pues tenía una enfermedad muy mala, cáncer, y no la pudo vencer. Murió a los 44 años y lo echo mucho de menos.

Viví en Colmenar hasta los 13 o 14 años, me fui a Lloret de Mar a trabajar con pena de mis padres y hacia temporada de verano y volvía en invierno.

Así sucesivamente, hasta que con 20 años conocí a tu padre. Como ya sabéis una bellísima persona que hasta el día de hoy sigo queriéndolo igual. El día 15 de este mes cumplimos 40 años de casados. Después naciste tú Sandra, fuiste muy deseada, como tu Josep y sabéis que os quiero muchísimos.

Cuando conocí a vuestro padre por motivos de salud de él, tome la decisión de irme a trabajar a Andorra, que es de donde es él y su familia ya que yo no podía cuidarlo por no estar casada, que eran otros tiempos. Él me buscó una casa, en casa de unos señores tenía una habitación para mí y trabajaba en la tienda que tenían. Al año y medio nos casamos

Después trabajé en la fábrica de tabacos haciendo puros, estirando hoja, siendo encargada de personal. Naciste tu Sandra y a los 8 meses dejé la fábrica por una equivocación de los médicos que te diagnosticaron una mancha en el pulmón que no fue verdad. Y aunque, me mantuvieron mi puesto de trabajo, decidí parar de trabajar por 2 años hasta que fueras al cole porque para ir a la fábrica te tenía que sacar de casa en invierno, para que te cuidara Antonia y después del susto que me dieron no me quedaron ganas, por si acaso…

Después nació Josep, y decidí abrir una tienda de “Lanas Cano”, que ya sabéis que se llamaba así. La tuve 3 años y me funcionaba muy bien, pero tenía muchos problemas de tuberías por ser muy viejo el local y ni los dueños ni los inquilinos nos pusimos de acuerdo y decidí buscar otro local y al triplicarse el alquiler tuve que cerrar.

Busqué un nuevo trabajo en el supermercado desde el año 80 al 95 en el Supermercado “Sant Eloi”, en el que trabajé desde dependienta hasta encargada de librería. En 1995 decidí volver a probar suerte como autónoma y esta vez no me fue también…quizás no cogí la ubicación correcta. Puse una librería como ya sabéis preciosa en un local muy especial pero sin aparcamiento y luchando sin éxito durante 6 años, hasta que tuve que cerrar.

Fui de vuelta a “Sant Eloi” hasta que me decidí venir a vivir al pueblo en la nueva etapa de Sant Eloi, aparte de dependienta hice de panadera como ya sabéis.

Ahora estamos en el pueblo tu padre y yo, súper felices, con nuestra casa con la gente que es súper marchosa, sobre todo las mujeres y los hombres muy buena gente en general.

Estoy muy feliz con mi nieto Máximo y Lucas. Espero tengamos vuestro padre y yo una buena vejez y os tengamos a vosotros, aunque lejos, cerca.

Estos fueron algunos de mis recuerdos, y paro ya pes creo que tendría para cuatro folios más.

Me despido de vosotros con un fuerte abrazo y hasta siempre. Os quiero muchísimo.

Vuestra madre.

 

 

 

 

Deja un comentario